cuerpo y una mente quietos.
“Gustavo está aquí, pero no sabemos dónde está su cerebro”, dijo la madre el día en que el argentino cumplió 52 años.
Desde niño, Gus quiso ser músico, pero también un superhéroe. Hace unos 40 años dibujó su propio cómic, Supercerebro, que salvaba al mundo con el pensamiento. Una cruel ironía.
Cerati se creía

Si bien su familia se muestra optimista de que pronto despertará, lo cierto es que el Cerati que cambió la historia del rock latinoamericano ya no vendrá de vuelta.
El periodista argentino Sergio Marchi dice que su desaparición dejará inconclusos varios proyectos, entre ellos la filmación de los videoclips del último disco, Fuerza Natural, que estaban pensados como eslabones de un largometraje. “Su talento era tan grande, que quizá nos podría sorprender haciendo una buena película. Era como un científico del arte, siempre
renovando su obra”, dice.
Cerati grabó diez discos con la legendaria banda Soda Stéreo y siete más como solista. Y ahora, en la cumbre de su carrera en solitario, quería dejar escuela. El periodista chileno Sergio Fortuño, uno de los pocos que acompañaron a Cerati en giras completas, asegura que el cantante trabajaba ya en la producción de artistas nuevos. “Gustavo siempre quiso dejar huella, ser eterno. Y lo haría también a través de grupos con nuevos sonidos que, en el peor escenario, verían sus proyectos desvanecerse”.
Nadie sabe qué pasará. Por un acuerdo con la familia, Sony Music no ha especulado con el futuro del artista, no han sacado ediciones especiales, reeditado viejos éxitos, ni publicado temas inéditos. La maquinaria millonaria que representa Cerati (que recibe más de 350 mil dólares anuales sólo por derechos de autor, según la Sociedad Argentina de Autores y Compositores)
se sigue moviendo pero ahora en manos de su hermana menor, Laura, quien también tiene bajo su resguardo todo lo que grabó antes de su accidente.
Su estudio de grabación, Submarino, sigue funcionando, aunque ahora es utilizado por Benito, el hijo mayor del cantante que ya tiene una banda: Entre paréntesis.
Ha pasado más de un año del accidente, los músicos de Cerati trabajan ya en nuevos proyectos y su novia, la modelo Chloé Bello, decidió mudarse a Europa para continuar con su carrera.
El rockero que muchas veces logró lo que sólo podía hacer un superhéroe, se ha convertido en un hombre que apenas da sutiles señales de vida. Su madre y sus hermanas siguen firmes a su lado, y aún se escucha el eco de esa última canción, la que quizá no escucharemos otra vez en sus labios: “apago tu fuego, enciende mi agua, puede que no haya certezas”.